domingo, 29 de abril de 2012

YPF - Inversiones en puerta


El tesoro inexplotado Por Roberto Navarro Vaca Muerta, el mayor megayacimiento de gas y petróleo argentino, es el primer proyecto con el que el Gobierno busca equilibrar el déficit energético y petrolero.

Lo primero que buscaron los interventores del Estado cuando tomaron posesión de YPF fue el mapa del tesoro: las cifras de Vaca Muerta, el mayor megayacimiento de gas y petróleo descubierto en la historia nacional. Los números son impactantes: el reservorio neuquino acumula recursos de petróleo para 94 años de consumo local y de gas para 84 años. 
El valor de venta actual de esos hidrocarburos es de 2,8 billones de dólares. Escrito con todos los ceros: 2.800.000.000.000 de dólares. Una cifra jamás utilizada en un indicador de la economía nacional.
Mucho se ha dicho sobre los altos costos de extracción de hidrocarburos no convencionales, como los que se hallan en Vaca Muerta. Según el proyecto de inversión que presentó Exxon Móvil, el costo de extracción de petróleo shale (no tradicional) es de 15 dólares. El de venta asciende a 126 dólares. Es decir que la ganancia bruta -antes de los impuestos- es de un 750 por ciento.
Precisamente porque es negocio, ya están listos los proyectos y disponible el dinero para comenzar a explotar Vaca Muerta. Fuentes oficiales señalaron a Debate que, en pocos días, la presidenta Cristina Fernández anunciará los nombres de las empresas que presentaron proyectos por una inversión total de 20.300 millones de dólares.

EN ACCIÓN
Con esa cantidad, se explotarán 6.207 kilómetros cuadrados de superficie de Vaca Muerta, aproximadamente la mitad del área en manos de YPF. Todos los proyectos están avanzados y con un grado de precisión que no se esperaba encontrar: estaban listos para el negocio. Pero con la mayor parte de las empresas aún se está negociando la letra fina: la distribución de la renta. De todas maneras, los interesados superan la cantidad necesaria para avanzar en el negocio. Por eso, en el Ejecutivo dan por descontado que en pocos días estarán cerradas las negociaciones. 
Las dos empresas que ya cerraron el negocio son la norteamericana Conoco Phillips y la canadiense Talisman Energy. Entre las dos, invertirán 4.300 millones de dólares. Un dato de color, revelador como pocos de que no es cierto el repetido argumento neoliberal de que en el país no hay clima de negocios, es que entre los más interesados está Shell, la empresa que más ha criticado la política energética de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. “Por la plata baila el mono”, decía la abuela.
El Gobierno tenía una idea aproximada de los recursos que podía haber. Lo que no sabía era que algunas de las más grandes petroleras del mundo ya le habían presentado a Repsol los proyectos de inversión para explotarlas. Estas iniciativas contienen las áreas en las que están interesadas, la tecnología a utilizar, la inversión necesaria con la curva de flujo de inversión y el tiempo que tardarán los pozos en comenzar a producir. En su momento, Repsol se reunió con los interesados y les manifestó que los iba a estudiar. Jamás les contestó.
La hipótesis del Gobierno es que Repsol no quería comenzar a explotar el megayacimiento durante la gestión kirchnerista, porque el Ejecutivo regula el precio de boca de pozo del gas e impone una alta retención a la exportación de petróleo: esperaban la llegada de una administración más “amigable” con el capital extranjero, que les permitiera quedarse con el total de las ganancias.

EL PRIMER DESAFÍO
La nueva gestión de YPF apuntará todos sus esfuerzos para equilibrar la balanza comercial energética, que en 2011 tuvo un déficit de 3.029 millones de dólares. “Este año no tendremos un invierno tan crudo, por lo que el consumo domiciliario será menor. Además, la mayor altura del Comahue permitirá una mayor generación hidroeléctrica y, de esta manera, se necesitará menos gas. Ya comenzamos a producir una mayor cantidad de gas en los pozos tradicionales. Sólo por esto la importación disminuirá”, señaló a Debate un especialista de YPF.
Pero, además, la conducción de la petrolera estima que, en el último trimestre de este año, ya comenzarán a verse los primeros resultados de los proyectos de gas no tradicional en Vaca Muerta.
Una de las petroleras que aspira a participar en el negocio explicó a Debate que su proyecto es a cuatro años y que, en el primer año, ya podrá producir un 20 por ciento del total estimado. A su vez, fuentes del Gobierno señalan que los diez proyectos que se están negociando producirán 11,1 millones de metros cúbicos por día en su tercer año de explotación. Las importaciones actuales suman 10 millones de metros cúbicos diarios. Es decir que, aunque la economía siga creciendo como en los últimos años, en 2015 se logrará el autoabastecimiento gasífero en la Argentina.
“Se equivocan los que creen que vemos a Vaca Muerta como un negocio. El mega-yacimiento le asegurará al país una cantidad enorme de gas a un muy bajo precio. Esto dotará al aparato productivo de una ventaja comparativa enorme”, explica un alto funcionario de la cartera económica.

POLO DE ATRACCIÓN
El hecho de que las petroleras internacionales estén dispuestas a hundir su capital en la Argentina le asegura al país que esos 20 mil millones de dólares no tendrán que ser devueltos. Si estas compañías no hubieran confiado en la Argentina y en su actual administración, habría sido necesario recurrir al financiamiento internacional. Y los préstamos hay que devolverlos.
Semejante ingreso de divisas, que serán desembolsadas en cuatro años, mejora la cuenta corriente del balance de pagos, que era uno de los puntos flojos de la macroeconomía de los últimos dos años, desde que las grandes multinacionales con sede en el país aumentaron fuertemente sus remesas al exterior. De esta manera, Vaca Muerta también se convierte en una rápida solución a un serio problema de la economía, como es la escasez de divisas. 
La inversión total para explotar Vaca Muerta es muy superior a los 20.300 millones de dólares que invertirán los nuevos jugadores en los próximos años, pero será financiada con parte de las utilidades que resultarán de la explotación del megayacimiento. 
Entre las empresas que forman parte de los diez proyectos avanzados, se encuentran Talisman, Conoco Phillips, Statoil, Chevrón, Vale Do Río Doce, Shell, Exxon Móvil, Sinopec, Venoco, Ecopetrol y EOG.
YPF pone los recursos y las empresas la inversión. En todos los casos, la empresa nacional contará con participación mayoritaria en el negocio. Por ejemplo, en el área Bajada de Añelo, YPF tendrá una participación del 70 por ciento y las dos empresas que lo acompañan, un 15 por ciento cada una. 
En los 6.207 kilómetros que maneja YPF, se explotarán 2.070 pozos. En el primer año de producción, se espera conseguir tres millones de metros cúbicos de gas; en el segundo año, 6,9 millones de metros cúbicos; en el tercero, 11,1 millones y en el cuarto, 14,4 millones de metros cúbicos diarios. 
El proyecto de Conoco Phillips propone generar 1.100 empleos directos y 1.650 indirectos. El de Talisman, 400 empleos directos y 600 indirectos. En total, entre los diez proyectos se generarán 5.700 puestos de trabajo directos y 8.550 indirectos. 


Fuente:  http://www.revistadebate.com.ar/2012/04/27/5358.php

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