viernes, 11 de junio de 2010

Trabajo Insalubre


Leyendo esta nota, la verdad que no pude contenerme y me puse a llorar. Pensar que hoy en día se los juzga y se los manda a prisión cuando en realidad deberían estar bajo tratamiento médico, debido a lo insano de su trabajo.

Y si , eso de andar sacando gente a mitad de la madrugada de sus hogares, llevarlos en el auto y que cada uno al subir te raye con las uñas, la pintura verde del falcon recién salido de fábrica, es jodido, y si no preguntemosle a los tacheros como sufren cuando les azotamos la puerta.

Si además durante todo el viaje tenés que soportar llantos y quejidos, y ver por el espejo retrovisor como te manchan el tapizado de cuero con sangre, orina y vomito, el cual después tenes que limpiar con !tus propias manos!...  es un poco estresante, tanto o más que un traslado en ambulancia, y ya sabemos , el estres es una enfermedad laboral.

Si a todo esto además le sumas que al llegar a tu lugar de laburo, te mandan a hacer una tarea donde es muy probable que te puedas llegar a lesionar los nudillos de las manos, donde podés quedar afónico de tanto preguntar una y mil veces lo mismo, donde corres peligro eléctrico con las herramientas que debes usar, donde te agitas y tu corazón casi no resiste al tener que realizar ese procedimiento tan popular de "simulacro de ejecución",  ya es, cuanto menos, una situación laboral proclive a generar ciertos trastornos irreversibles, algo así como el daño a los pulmones que sufren los mineros.

Pero lo peor es cuando te tenés que hacer pasar por otro, representar el papel de amigo o amiga de gente execrable, escoria de la humanidad que buscan que nuestro mundo ardan en llamas de ira y caos, y te tenés que comer el garrón de abrazarlos, besarlos, compartir con sus familias, y sobre todo, el tener que recordar cada nombre y apellido, cara, lugar donde viven, que comen, que piensan, como se llaman los amigos de los amigos, que dicen y donde trabajan esos amigos de los amigos, y además estar atentos de cuando nacerá su prole, de manera de poder alejarlos del camino del mal, eso sí es para terminar en cama, o mejor dicho en el diván del loquero.

La verdad que hay que reconocer que ser Genocida es un trabajo insalubre.

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