Por ejemplo, nuestro querido amante de Dios y del Diablo, en un gesto de amplitud, pluralidad y DUALIDAD extrema, ejemplo a seguir sin dudas, Eduardo Duhalde quién pretende gobernar para los que quieren a los genocidas, como para los que creen en la democracia y que además propone:
O nuestra nunca bien ponderada prensa independiente que nos muestra el camino una y otra vez:
¿Qué fue el Pacto de la Moncloa?
Pero hoy nos encontramos que ante el accionar de un juez, quién juzgo a genocidas foráneos (argentinos entre ellos), sus propios pares lo quieren expulsar por atreverse a mirar debajo de la alfombra, la cual brillará mucho por arriba, pero que esconde tragedias debajo de ella.
Esto no sería nada, si todos los españoles estuvieran de acuerdo con el tan nombrado ejemplo de consenso de Moncloa, pero la realidad muestra que lejos está de ser cierto, que hay gente que aún continua con la loca esperanza de la JUSTICIA que le fuera vedada, y que como acá, también hay quienes reivindican las atrocidades de gobiernos totalitarios. Es decir, el pacto fue y es solo una ilusión.
Todos en la vida, ante tragedias o pérdidas, debemos hacer la catarsis necesaria para continuar, y esa catarsis es imposible si nos tratamos de convencer que "aquí no pasó nada". Tarde o temprano afloraran a la superficie esos recuerdos y las reacciones no serán para nada buenas. Y un pueblo es simplemente un conjunto de recuerdos (historia) y de asumirlos depende su futuro.
POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA EN EL MUNDO.
PD: No faltó más que el Partido Opositor hiciera mención del Pacto para que la realidad les demostrara que sus medidas propuestas son nefastas.
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