miércoles, 21 de julio de 2010

No al Amor, Sí al Genocidio

Muchas veces aplico el mismo principio conservacionista que sostengo en cuanto a las instituciones democráticas y no tan democráticas (ejército, policía, justicia, etc.), es decir, que los errores y/u horrores no se le pueden achacar a las instituciones sino a las personas que en determinado momento conducen o son parte de ellas.
Pero la Iglesia me complica tanto las cosas, y más teniendo en cuenta el rol que debería cumplir, que, la verdad, ya no sé que pensar, para que lado salir corriendo.

Por uno lado dicen que hay que Perdonar, o en este caso Indultar a los militares genocidas chilenos como se puede leer acá,

Y por otro lado te dicen que hay que Discriminar, que el Amor no es para todos.

Lo que sí me queda claro es que se debe legislar para el bien de la institución.
La pregunta es ¿para todas las instituciones o solo para aquellas que evangelizan a través del genocidio?

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